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Testimonio de P.P.
46 años - Panamá

Decidí ir a terapia al vivir una situación de pareja, con muchos problemas de comunicación.

Estábamos al límite de casi divorciarnos, luego de muchos años de acumular descuido, y falta de atención  de ambas partes. Adicional a eso, mi autoestima estaba afectada. 

Iniciar este proceso fue extraño para mi, pensar y darme cuenta que necesitaba recibir ayuda, para poder salir del hueco en el que estaba mi vida. 

Hoy me siento feliz de haber tomado la decisión de recibir ayuda y lo haría nuevamente, si fuese necesario. 

Gracias a las terapias me conecté conmigo misma, con mi realidad, que amo y no la cambio por nada del mundo. Siento paz al vivir una vida llena de verdad, de aceptarme y amarme tal y como soy. 

En terapia aprendí que soy muy importante, merezco ser feliz y dar felicidad. Comprendí el valor del matrimonio, pero sobre todo, amarme con mis defectos y virtudes. 

Ir a terapia me ayudo a salir de ese mar inmenso de errores en los que estaba viviendo. Aprendí que se vive un día a la vez, que la felicidad está en las pequeñas cosas y a comunicarme con mi esposo y conmigo misma. 

La Terapia EMDR me ayudó a descubrir trauma que no sabía que tenía, y cómo me estaba afectado hoy.  Igualmente los ejercicios practicados en terapia son una herramienta que me ayudaron a redescubrir y conocerme. Me dieron técnicas para controlarme y sentir que si puedo con las adversidades y situaciones de la vida.